viernes, 2 de septiembre de 2011

La Amorosa Distancia


Qué hacer cuando termina aquella relación que en su momento nos hizo ver fuegos artificiales y jurar Amor Eterno. En ocasiones el final viene junto a la cortesía y el cariño de dos seres que compartieron buena parte de sus vidas. Pero no siempre es asi, no todos estamos listos para dejar ir al otro. No queremos soltar, aunque nuestro ser sepa que quedarse allí es tóxico. Hay quienes son adictos al sufrimiento y para quienes liberar lo mal atado cuesta más que seguir padeciendo. No todos somos lo suficientemente conscientes para ver las verdaderas razones que nos hicieron atraer una relación difìcil y menos entender porque nos cuesta salir de allí.

Cuando finalmente vemos la puerta de salida, hay otros pasos no menos retadores. Admitir que nadie ocupará el lugar del ser del que nos estamos distanciando, no es una circunstancia que todos sepamos afrontar. Es más fácil decir: a ese hombre o mujer la olvidé para siempre, cómo puedo seguir queriéndolo(a) con todo el daño que me hizo, que afirmar: lo seguiré queriendo, ocupará su lugar entre mis afectos, lo integro y lo suelto.

Integrar los amores o afectos que tenemos en la vida es muy sanador porque cuando se hace desde la honestidad contribuye a que veamos las causas y efectos y evitemos toparnos con relaciones similares. Negar las razones por las que atrajimos el sufrimiento no nos aleja de él, al contrario nos puede acercar.

En gran parte de los casos estas razones son aprendidas. Parten de condicionamientos que adquirimos en la infancia, de nuestros padres, tí@s, abuel@s, de la forma como consolidamos en lo más profundo de nuestro inconsciente nuestra imagen de lo que debía ser una relación de pareja. Y ello nos pasa a nosotros y a todos, asi que cuando dos seres se encuentran, es muy probable que centren sus expectativas en estos condicionamientos.

Esta era llena de despertar, tendencias espirituales y tantas herramientas de sanación nos invita a replantearnos el modo como establecemos nuestras relaciones, desde donde, y si estamos conscientes del modo en que actuamos.

Escuché decir hace unos meses a unas amigas que a veces la “Amorosa Distancia” era necesaria cuando dos personas ya no pueden seguir conviviendo juntas. Pero que sea esa distancia para reflexionar, hacer el cierre desde la armonía, integrando, asintiendo. No se olvida un Amor de la noche a la mañana, no se odia u olvida al ser, se reprueba la conducta tóxica y hay que ser sabio para ver la diferencia.

1 comentario:

Yudith Valles de Perez dijo...

Hola Anaiz, es bien profundo hablar del amor y el desamor, gracias por dejarnos este post que explica de forma clara y concisa esta tematica. La relacion de pareja evoluciona a la par con nuestra evolucion personal, esperando siempre mejorar en todos los aspectos, y mas aun en los afectos! Besos