miércoles, 31 de diciembre de 2008

Un Nuevo Año, Más esperanza

Hacer un conteo de lo que debemos superar, debe ir de la mano de las cosas por las que debemos estar agradecidos.

A nivel personal, familiar y colectivo. Sé que hay mucho por mejorar. Sobretodo a nivel colectivo. Pero tengo Fe y Esperanza. Quiero recordar a todos los héroes y heroínas públicos(as) y anónimos(as), a aquellos que salvan vidas de todas las maneras que es posible.

A quienes brindan su afecto sin esperar nada a cambio. A quienes hacen lo que está a su alcance para hacer feliz a otro, así su esfuerzo sea pequeño. Porque los grandes cambios están en esos pequeños detalles.

He visto la labor de la gente de buena voluntad. Lo veo cada día y por eso mantengo viva la esperanza de que mi hogar puede mejorar, mi comunidad puede ir creciendo en la luz, mi país, mi continente, mi planeta.

Creo en que hay que mantener la Fe y visualizar lo positivo, ver la belleza de la Vida, porque los pensamientos son energía y lo pueden argumentar desde el corazón o desde la cuántica.

A todos les deseo un FELIZ AÑO 2009 , en armonía universal.

Tributo a Armandito González. El Gran Pez

Nació un bello día de marzo. A su madre le dijeron que sólo viviría quizás 5 días. Pero para un gran pez como él, sería un de los grandes retos a superar. Nació con algunas habilidades diferentes al resto aunque en esta sociedad le llaman discapacidad motora y deficiencia renal y coronaria. Vivió 32 años. Tuve el privilegio de conocerle, de rivalizar en juegos de mesa con él, de disfrutar de un día soleado, ir de picnic. Gané las más interesantes conversaciones sobre trivialidades así como de aspectos profundos de la vida. Puedo dar Fe de que siempre se mostraba optimista.

A veces cuando tengo algún obstáculo, le recuerdo. Muy poco se quejaba. Porque a pesar de muchas dificultades, estudió, siguió adelante, pese a los pronósticos médicos, superó todas las barreras.

Hubiese querido que su ida de este tren de la vida fuese digna de su calidad humana. Pero la mala praxis médica dicen que existe. Yo quisiera contar su partida de un modo distinto. No fue mientras su madre esperaba la clave del seguro, esa que necesitas para que te atiendan.

El ya estaba listo para partir. Había cumplido con sus asignaciones en este planeta bonito pero extraño, sobretodo hacer comprender a más de uno que la discapacidad motora no es mal de morirse, ni obstáculo para estudiar en un colegio normal.

Decidió no usar más su silla, porque quería disfrutar del mar, ver el cielo azul. Así que no, no se quedó en esa clinica en la que lo estaban haciendo esperar demasiado. Y se fue así de pronto a su mar favorito, sabía que debía hacerlo, necesitaba ser libre. Después de todo, había superado las más duras pruebas. Un gran pez como él debía seguir.

No tuve tiempo de verle partir. 8 horas de diferencia en carretera. Ni su madre pudo detenerle. Esa hermosa mujer que le dió todo el Amor posible en este mundo.

Retorné recientemente a la casa de los juegos de mesa, a recordar ese trozo de infancia bonita que es necesario recordar. Y aunque supe como en realidad se fue, preferí la historia del gran pez y así, así la contaré.