No es una frase mía debo aclararlo. Es de un querido amigo escritor, por cierto. Pero es perfecta para describir lo que pienso actualmente. Cuando se pasan los 30, bueno al menos es mi caso, da por ver las cosas desde otra óptica. No sé si más madura o menos compleja.
Les digo esto porque de viaje recientemente me reencontré con la que fui años atrás. Medio mística, nostálgica, soñadora. Uno se puede dar el permiso de serlo en parajes silenciosos, dotados de belleza, atardeceres mágicos, las olas del mar, y en medio de la adolescencia la cosa tiene más sentido.
Cierto fui todo eso. Y sigo soñando con realidades sublimes para el ser humano. Pero luego de tantos traspiés aprendí que soñar sin acción no conduce a nada. Soñar sin ser agente de cambio no es muy útil en un mundo que requiere acción, por algo es tridimensional y lleno de materia.
Hay seres espirituales que motivan a otros, pero si usted nombra a cualquiera que le haya influenciado notará que son sus acciones, su ejemplo de vida lo que definitivamente le genera tal atracción.
Las manos que oran son importantes claro que si, hay que aprender a orar correctamente , a meditar, a poner el pensamiento en el polo positivo, es sano para uno y para los otros. Pero si uno combina los ejercicios de oración con desarrollar acciones para elevar nuestra calidad de vida , la de su familia y la de su comunidad, el pensamiento se vuelve acción, y se fija en su historia personal.
No critico a los que por estar en la onda espiritual, cambian su nombre por otro con una vibración más cósmica, o usan ropas más nueva era, son vegetarianos, y se atreven a desmenuzar este mundo de pecadores, con mucha sabiduría o sin ella . A veces hay gratas sorpresas, el resto de la humanidad también tiene acceso a la iluminación, a información especial, aunque coman carne, se vistan a la moda y hasta se tomen una que otra cervecita o no le pongan mala cara a una copa de vino. Hay personas que sin tener idea de que rayos son los cambios cuánticos, son personas con una gran capacidad de Amor. Los maestros están por doquier y parece que en la actualidad necesitan estar entre la gente común, entre los rumberos, entre las ovejas medio perdidas si quieren llamarlos asi.
Cada quien vive como cree conveniente. Sin embargo me atrevo a compartir lo que entiendo ahora. Si estamos aquí, es para actuar. Para evolucionar hay que superar barreras individuales y colectivas. No solo vinimos a ser contemplativos, a juntarnos con los que mediten, a unir energías con aquellos afines para sentirnos chevres. Sentirnos en paz es el primer paso para actuar, es cierto. Y esto debe dar pie al escalón siguiente. Los cambios generados desde la paz y el amor suelen tener bases armoniosas y duraderas.
Si cambiaste tu nombre de pila por otro que te gusta más, fantástico, si quieres vestirte como si fueras extraterreno o angelical maravilloso pero recuerda que el primer gran aprendizaje es quererte y aceptarte tal cual eres, aceptar que naciste aquí, te tocó en este mundo lleno de contrastes, bellezas y locuras y que para remate por alguna razón así fue.
La humildad radica en aceptarnos y despertar nuestro potencial sin creernos especiales por ello, manteniendo el equilibrio entre lo que sabemos, lo que debemos compartir y lo que aún nos toca aprender sin dejar de ser quienes somos. Terrícolas a veces civilizados , a veces no, y que la mayor proeza es estar aquí es aprender a AMAR.
Es posible que entre tanta oración, comida sutil, acciones hermosas, haya gente visionaria, no lo descarto. Este mundo ha dado maravillosos líderes espirituales, todos en cuerpo humano por cierto, con sus angustias, virtudes y complejidades, con dones extraordinarios o sin ellos, vivieron su época y tuvieron que actuar.
Hay que mirar al cielo (saber que somos almas en evolución), con varios cuerpos que alimentar, entre ellos el espiritual. La Tierra cambia, crece y si ignoramos sus cambios por ignorar nuestra propia evolución, es tan terrible como no actuar por nosotros y los demás. Con los pies en la tierra, conscientes del ahora, de nuestro Yo actual, porque la construcción del futuro es AQUI AHORA.
Si fuésemos solo espíritu y energía estaríamos en otro plano exclusivamente.
Estamos aquí
Materia, energía, alma, espíritu
hay lecciones terrenales que aprender
cosas que cambiar para mejor
individuales
colectivas
Desde el rol que aquí nos tocó desempeñar
Cuidado si sólo nos quedamos con lo espiritual, con lo ideal, con sueños
Es posible que estemos evadiendo el objetivo real
de nuestra existencia
Buscar el equilibrio es la clave
Mirar al cielo con los pies en la Tierra
Fotos: Anaiz Quevedo/ Junio 2010
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