domingo, 16 de diciembre de 2007

Corre la voz: El Amor existe y este es el tiempo.




Todos y todas lo buscamos. Así lo neguemos. Lo buscamos en cada cosa que hacemos. Los sabios suelen decir que hasta el odio es Amor frustrado, que la oscuridad solo es menor grado de luz y que tarde o temprano descubrimos que la felicidad es un estado que como un imán atrae más situaciones positivas.


El Amor es un estado que se logra si nos damos el permiso. Es contagioso. Por ejemplo los que creen en que la Navidad es tiempo para compartir y se rinden ante esta energía, sienten que definitivamente algo cambia dentro. Lo ideal sería que este momento perdurara siempre y nos abrieramos continuamente ante la influencia maravillosa de esa luz, esa chispa inexplicable que nos hace más humanos(as) y solidarios(as).


Yo creo firmemente como lo dije en un anterior escrito, que una de las razones de la pasantía en este planeta es aprender a Amar. Amar con todas sus letras, conscientes de que es una energía transformadora que nos conduce a crear situaciones armoniosas y así contribuir con la evolución primero propia y luego del entorno.


Cuando nos distanciamos del Amor, nos sentimos vacíos. El estrés, el estar todo el tiempo sólo en la mente, sólo en el cuerpo o sólo en el corazón sin practicar la maestría de estar vivos buscando nuestro balance usando nuestros cinco o (seis sentidos?), suele agotar.


Creo además que la frase clave para encontrar parte del balance es la "sinergia", hacer que las acciones que llevamos a cabo estén relacionadas y además que estén conectadas a nuestra misión de vida. Hay personas que hacen muchas cosas, pero sus trabajos no están relacionados ni uno con el otro ni con lo que les gusta en verdad hacer. Por eso uno los ve cansados(as) y sin ánimo, como si estuvieran divididos(as). Hay quienes reponden "es la necesidad". Y yo insisto en que uno vive en el universo que es capaz de imaginar. El alma grita fuerte ¿saben?. Esa voz interior de la que muchos hemos oído hablar, existe.


Además esa "voz" poderosa, la que nos habla de lo armonioso, lo maravilloso, la que nos llena de Vida, es como una especie de "tilín" que nos activa y hasta nos advierte cuando algo no anda bien. Lo que sucede es que en muchas ocasiones podemos hacer caso omiso de ella, tenemos libre albedrío, no nos obligan a ser felices y a veces aunque parezca paradójico nosotros(as) mismos(as) huímos de la felicidad cuando es nuestra característica fundamental.


Hay quienes trabajan y trabajan para acumular riquezas. Entretanto su riqueza más importante se va deteriorando(la persona). Si tanto trabajo no tiene un límite de tiempo, espacio, energía mental , fisica y hasta espiritual, no se es rico(a). Tomarse tiempo para uno, vivir la vida, no tiene nada que ver con ser irresponsable... Es más bien todo lo contrario. Si éstamos atrapados en una telaraña de trabajo, algo hay que revisar. Porque no se puede ser faro si estamos congestionados(as), con la mente, el alma, el espiritu, el cuerpo, el corazón puestos fuera de nosotros(as) mismos(as) gran parte de nuestro propio tiempo.


Nuestro Ser, nuestra Alma, "esa voz" nos va a recordar siempre a que hemos venido y si escuchamos nuestro corazón, y ponemos nuestros pensamientos, nuestras palabras y nuestras acciones en consonancia podremos con paciencia (Ciencia de la Paz) vivir más felices nuestro camino. Porque a fin de cuentas no son sólo las metas lo que es importante, creo que hasta más importante es disfrutar la vía para llegar a donde queremos o soñamos en armonía divina.


El Amor hace que vivamos más tranquilos. Me lo imagino como una luz que se instala en el corazón si nos abrimos a ella, que hay que alimentar con energía similar y que luego se expande.


Un buen amigo me hizo cambiar mi perspectiva del Amor aunque ya lo había leído en la biblia cristiana. Dios es Amor. No es que es amoroso, el es Amor.


Para los que crean en Dios es una bonita forma de entender esa luz que me imagino, Y para los que no, igual practicar el Amor podría vincularnos automáticamente con la Paz.


Y nosotros(as) somos el punto de partida tal como les comenté en el artículo


"Ama a tu prójimo como a ti mismo(a), no más que a ti mismo(a)


¿Y el Amor de pareja? También está relacionado con todo lo que venimos diciendo. Porque cada relación debe basarse en la armonía. Cuando no nos sentimos bien en alguna relación debemos empezar por nosotros(as), en revisar que queremos, y si lo que estamos viviendo nos acerca a -nuestros valores y esencia. Claro además de recibir asimismo debemos chequear que estamos dando, qué creemos, nuestros pensamientos se vuelven cosas. Vivimos lo que hemos imaginado.


Además este aspecto tiene muchas aristas, dependiendo del balance que tengamos en la vida. Lo que si creo es que existen almas afines , equipos de trabajo, compañeros de viaje en el tren, como quieran llamarles a esos dos que funcionan muy bien juntos y también cada uno desde su accionar, misión. La clave es la energía que los sustente. "Todo lo que en Amor se sustente, durará por siempre". La historia es qué entendemos por Amor. El apego, el miedo, el irrespeto,la mentira, son fases, aprendizaje, pero si son las características únicas , no estamos ante el Amor y debemos comenzar por ver hacia nosotros(as)


Es necesario volver a nuestra esencia. Todo parte de allí, de lo que activemos dentro. Porque si buscamos todo afuera, que sean los otros(as) los que cambien por nosotros(as), no hay una verdadera transformación. Afuera hay muchos espejos.


Por eso abrirnos a amarnos, a experimentar la vida y vivirla lo mejor que podamos es una vía menos espinosa. Pero el Amor es libertad y cada quien escoge la forma de seguir su camino.


Haciendo caso a eso de la sinergia y como me gusta el arte, ya saben finalizo mis escritos con algo poético o una canción.


Les dejo este tema que me mandó mi hermana para recordar viejos tiempos.


Corre la voz (1987)


sábado, 8 de diciembre de 2007

Ama a tu prójimo como a ti mismo(a), no más que a ti mismo(a)



Hace unos años, me tocó entender la frase “no se puede dar, lo que no se tiene” y les confieso que aún estas palabras hacen eco en mí.

Día a día nos esforzamos por dar,dar y dar, lo cual sin duda no tiene nada de malo. Se torna a mi juicio negativo cuando en ese dar no nos incluimos. Cuando no nos hacemos un cariñito a nosotros mismos, cuando son más importantes los deseos de los otros que los propios.

¿Y es que a quien no le gusta dar ? A mi me divierte mucho en esta época decembrina, comprar y envolver regalos para los demás, es muy gratificante.

La clave está en saber dar y saber recibir también. A muchos nos cuesta recibir y me incluyo.

Ando centrada en los otros(as), en el planeta entero si es preciso y no me doy cuenta que el universo también habita en mi, que yo soy tan importante y que amarme a mi primero es el primer paso. Como les he contado en este espacio en varios escritos desde hace un tiempo comencé por mi, y se tornan interesantes los resultados.

Porque las ganas para seguir dando al mundo, se vuelven más intensas, más precisas. Llueven las ideas y la energía se multiplica. Amarse es vital para ayudar a los otros de lo contrario terminamos agotados(as) y ni hablar de aquellos adictos al trabajo que se terminan olvidando de sí mismos(as). Su trabajo es su conexión con los otros(as), el camino cuyos escalones se multiplican, siempre hay uno nuevo que subir, y la travesía no termina nunca. Pero en esta subidera de escalones y de metas cada vez más inquietantes y adictivas, el corazón del viajero es su cabeza, su cerebro, su razón que no es lo mismo ni es igual que tener el cerebro al servicio del corazón.

Cuando el cerebro y el corazón trabajan en perfecta armonía hay voluntad suficiente para escuchar el llamado de atención, de alerta que nos hacemos nosotros(as) mismos(as) para prestarnos la atención que nos merecemos.

Mi Jefe por ejemplo es una mujer digna de admiración. Ella está clara que cuando comienza a ponerse de mal humor es porque necesita descansar. Y sin más ni más, sin ton ni son, cierra la puerta de su oficina y nos dice, chao chicas voy a caminar un rato. O sin preocupación de ninguna naturaleza se acuesta en la alfombra de su oficina y toma minutos de calidad para si misma. Con frecuencia va a sus clases de yoga, o a hacer ejercicios y nos insta a que hagamos lo mismo cuando ve que no tenemos la misma paciencia de siempre o nos lleva a un delicioso restaurant donde hacen un chupe(comida peruana, basada en crema de leche, maiz , pollo, papa y queso). Ella ha hecho que cobre vigencia en mi lo de “No podemos dar lo que no tenemos”. No puedo trabajar en Responsabilidad Social sino soy responsable conmigo misma primeramente.

He aprendido a decir No, ya que usualmente decir Si a todo va por el mismo camino, de dar , dar, y dar sin medir mi propio tiempo y mi capacidad de dar respuestas satisfactorias basadas en mis posibilidades reales. Hablado en criollo, decir No, pensando en mi, en que soy la gallina de los huevos de oro, y que tengo que respirar para poder seguir mi pasantía en este planeta. Dicho más claro, debemos querernos y ayudarnos a nosotros mismos(as) para seguir ayudando si es este el verbo que nos define. Además es muy grato vivir, ver una puesta de sol(pero verla de verdad) no verla, pendiente del blackberry, la laptop, o de la próxima cita en la que le resolveremos la vida a un cliente, a un amigo(a), a otro(a) pues. Disfrutar del camino, del trayecto, vivir más la vida , porque a fin de cuentas ¿Qué otra cosa nos llevamos sino lo que hemos disfrutado, las emociones y sensaciones vividas?

Cuando amamos a los otros(as) más que a nosotros mismos(as), vamos acumulando muchas frustraciones, rabias, porque nos estamos anulando. Al final de la historia ni dimos, ni recibimos sanamente lo cual nos conduce a preguntarnos si lo que vivimos fueron muestras de cariño real.

Para ser asertivos con nosotros mismos(as) tenemos que reconocernos primero. Y he aquí el paso más complejo, porque estamos tan mimetizados con el trabajo, con los deseos de los otros(as) que no sabemos quienes somos en realidad.

Dar el primer paso es importante, tener la intención es ya el reflejo de que hemos tomado consciencia de que existimos y de que amarnos como seres dignos es más normal de lo que pensábamos. Ser coherentes en pensamiento, palabra y acción es el reto. Tampoco nos pongamos una camisa de fuerza hasta para amarnos, comencemos por agradecernos lo que hemos logrado, el camino transitado, el milagro de estar vivos, el haber llegado a cada fase importante de nuestra vida con las herramientas que creíamos eran las adecuadas. Somos muy grandes y por tanto merecedores de vivir esta pasantía lo mejor posible para aprender lo que tengamos que aprender sin olvidarnos de que el punto de partida y de llegada en esta vida es ser cada vez más humanos.
Comenzar con el árbol para amar y entender al bosque...

domingo, 2 de diciembre de 2007

¡Venezuela es Grande!


Me preparé como si fuese a un encuentro especial. Es que hemos participado en tantas elecciones en los últimos años que ir a mi centro de votación significa encontrame con antiguos amigos y amigas . Hasta estar en una colita allí es algo interesante. Se intercambian sonrisas, se siente la solidaridad, gestos amables tanto de los miembros de la Fuerza Armada Nacional, como de quienes están con una tendencia ideológica u otra, allí me encontré con los venezolanos y venezolanas en los que siempre he creído, tendiendo una mano amiga.


Cuando voté les confieso que sentí un nudo en la garganta. Recordé a mis abuelos, campesinos andinos que migraron con mucho esfuerzo a otro estado, dejando atrás su tierra sagrada, sus raíces, sin nada en los bolsillos. Julio Antonio y María Anaïs quienes laboraron duramente por un futuro tranquilo para su descendencia. Mi abuelito era trabajador y muy demócrata. Mi abuelita muy espiritual siempre preocupada por los demás. Ellos pasaron de plano hace años y creo que fue mejor así, no hubiesen entendido la división que se ha visto en Venezuela. También pensé en mi descendencia. Derramé una lágrima, quizás dos, o bueno les confieso que derramé unas cuantas. Son muchos años, sensible, extrañando la Venezuela amistosa en la que crecí.


Recuerdo que mi prima, mi hermana y yo (Las chicas fotogénicas, nuestro alter ego en la infancia: un grupo justiciero que resolvía problemas, ayudaba a los otros, ya saben esas cosas con las que juegan los niños y niñas, sólo que creíamos a los 6 , 7 y 8 que fotogénicas significaba fotógrafas, y andabamos con una cámara para arriba y para abajo, jeje), soñábamos con participar en las caravanas electorales que pasaban por la cuadra. Nos sentimos en esa época inclinadas por el partido político de mi abuelito y aunque algunas de nuestras amiguitas y hasta familiares eran del partido político rival, seguíamos hablándonos y jugando, Venezuela no conocía división alguna.


Pero no todo era color de rosas. Había pobreza y la hay todavía, mucha, demasiada. Y también había y hay brechas. Existía gente que parecía invisible ante los ojos de los principales actores de la sociedad, tanto del sector público como privado.


Pienso que lo que ha vivido Venezuela desde hace unos años atrás es parte de una lección que hay que entender con humildad. Porque pese a que la división no era parte nuestra si era cierto, que a veces no nos reconocíamos los unos a los otros.


Venezuela es grande porque este es un momento complejo, tenso y sus habitantes lo enfrentaron con valor, dignidad a través del voto y no de la confrontación. Porque tanto los seguidores del Presidente Hugo Chávez como quienes tienen otras inclinaciones políticas demostraron que esta Patria es única. Porque en verdad lo que los venezolanos y venezolanas queremos es la PAZ y mirarnos a los ojos nuevamente.


Venezuela es grande, no porque un grupo ganó sobre otro. Sino porque pese a la tensión, reina el deseo de reconciliación. Sé que nuestro país tiene muchos obstáculos que superar, que aún nos faltan pasos en la gran escalera para lograr una mejor calidad de vida, que como sociedad nos falta bastante por evolucionar, pero somos un pueblo que sabe buscar la armonía hasta en los momentos más difíciles.


Venezuela no ha dormido. LLegamos al 3 de diciembre , "amanecidos" como si fuera 31 de diciembre y hasta con una energía similar, repito no por una victoria de un grupo sobre otro, sino porque por fin al menos por hoy se habla de diálogo, de intentar converger.Venezuela se merece la reconciliación. Venezuela es grande.


Hay mucho trabajo por hacer, porque hay una población que tiene muchas necesidades, porque hay hermanos(as) nuestros ahorita mismo que no conocen de resultados electorales en medio del hambre y la pobreza extrema. El día que las brechas se acorten , ese día habrá una celebración más profunda. Entretanto como todas y todos me siento esperanzada que la armonía que buscamos hoy no se quede en el camino.


Me siento ilusionada para que en las familias pese a las posturas ideológicas distintas, haya paz, deseo que podamos todos sentarnos nuevamente a la mesa estas navidades y podamos celebrar sin tensión.


Kare, Ali... hemos crecido, pensamos distinto, tenemos de hecho diferentes ópticas y tendencias... pero siempre seremos las chicas fotogénicas OK?(tengo lágrimas en los ojos, sorry, hay que estar aqui para entender)


VIVA VENEZUELA